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lunes, 8 de abril de 2013

¿NECESITA UN CÓDIGO ÉTICO EL CUERPO NACIONAL DE POLICÍA?

En el Pleno del Consejo de Policía del próximo día 5 de abril, el Director General de la Policía va a presentar un Código Ético dirigido a los integrantes del Cuerpo Nacional de Policía. Desde la Unión Federal de Policía queremos hacer una serie de reflexiones a su contenido, a la oportunidad y a la criminalización que, creemos, se hace con la publicitación y la aprobación, en su caso, por parte del órgano paritario de representación entre administración y policías.

La Unión Federal de Policía va a decir que NO a la publicación de este Código Ético por los siguientes motivos:
 
La normativa a la que hace referencia en el documento, es de obligado cumplimiento y está suficientemente interiorizado por parte de los Policías Nacionales que, además de recibir formación deontológica en todas los procesos de ingreso y promoción, consideramos la Declaración Universal de Derechos Humanos, Constitución Española, Código Penal, L.O. 2/86 y Régimen Disciplinario como normas de directo y obligado cumplimiento. No entendemos que aporta o qué novedades supone tener una norma compiladora de lo anterior, ni por supuesto el peso jurídico que tendría dentro del acervo legal que guía todas nuestras actuaciones profesionales.
 
Consideramos que la actuación del Cuerpo Nacional de Policía, desde que existe como tal, no ha hecho más que confirmar la adaptación que se produjo a la democracia a la que siempre ha respetado, defendido y que siempre ha creído en ella sin intentar cambiar situaciones legales por la vía de los hechos. Hubiera sido menos indigesto que esta norma fuera abordada en el marco del Ministerio del Interior y que abarcara a todos los integrantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
 
En la democracia actual, no hay un pasado obscuro ni existen excesivos reproches judiciales o disciplinarios en las actuaciones de los integrantes del Cuerpo Nacional de Policía que haya generado un clima de alarma social es más, continuamos siendo de las instituciones mejor valoradas por los ciudadanos en contraposición a nuestros políticos que, en esos mismo estudios sociológicos, continúan siendo percibidos como un problema para la sociedad. No se nos puede criminalizar por algo que estamos haciendo con profesionalidad, eficacia, respeto a la legalidad vigente y apreciada por la inmensa mayoría de los españoles.

Los Policías Nacionales somos integrantes de la sociedad y ciertas normas como esta u otras que esperamos sin modificaciones sustanciales que condicionaron nuestra respuesta (Ley de Personal), no hacen más que alejarnos de la misma diferenciándonos por el corte de pelo o cuestiones estéticas derivadas de gustos personales y marciales de algunos responsables policiales recogidas en la normas de uniformidad y saludo, calco, a veces, de una liturgia militar que ni hemos tenido, ni queremos. Además, la promesa cierta sobre la regulación del procedimiento de recompensas no se ha producido, siendo la génesis de un proceso de normalización que tampoco se ha conseguido con la publicación de la normativa sobre inclusión en la Orden al Mérito Policial a la que la UFP dijo que sí con esa condición.
 
La responsabilidad personal en las actuaciones policiales colectivas mediante la imprimación de un número en la espalda no hacen más que intentar criminalizar al policía e individualizar la culpa, escondiendo las decisiones de los políticos o las carencias de protocolos de actuación que debieran regir nuestra función en situaciones extremas, de difícil proceder y, quien tiene la obligación de redactar, no lo hace o no sabe hacerlo. Recoger preceptos preconstitucionales de la Policía Gubernativa como la regulación del comportamiento en la esfera privada, la prohibición de ingerir sustancias farmacéuticas o la exigencia de la información previa a los Gabinetes de Prensa para cualquier contacto con los medios de comunicación sin mención expresa y excluyente a los representantes de los policías, no hacen más que denotar una deriva hacia situaciones de difícil encaje democrático y que se asomaron con el intento de controlar a las organizaciones sindicales en una norma a la que la Unión Federal de Policía dijo que NO y que supuso una merma en las exenciones para la actividad sindical.
 
Por lo tanto y en resumen, la Unión Federal de Policía va a decir NO a esta norma por inoportuna y desenfocada, definiéndola no como un código ético sino estético, preocupada por resaltar cuestiones ya aprendidas y aplicada por los policías. Al Director General de la Policía decirle que los Policías Nacionales están preocupados por otras cuestiones (los ciudadanos también) y es no seguir perdiendo derechos reconocidos desde el inicio de nuestra democracia y que usted tiene en la mano evitar, singularizando nuestra especial función y el modo de desarrollarla a través de normas como la nueva Circular de Vacaciones, Permisos o Licencias, y así acabar con la ignominia de ver como otros funcionarios consiguen más días de asuntos particulares, canosos o vacatio en la aplicación de las deducciones por incapacidades.

Madrid a 3 de abril de 2.013

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