En diciembre de 2012, aún conmocionados por el accidente grave ocurrido en Móstoles (Madrid) a un compañero que prestaba servicio en una moto tipo “scooter”, se solicitó por parte de UFP, que se incorporasen a estos vehículos los equipamientos y medios necesarios para evitar este tipo de sucesos.
El Subdirector General de Recursos Humanos nos dijo que esas motos no estaban destinadas para realizar persecuciones y que debían hacer “patrullaje tranquilo”…
Aún así, añadió que “se establecerá lo necesario para que su uso sea voluntario”, en relación con ese equipamiento de protección. Nuevamente el 7 de junio de este año solicitamos que se pusieran en marcha estas medidas de protección de una vez por todas.
Y ahora, UFP volvemos a insistir, en escrito con fecha de registro 03/09/2013 dirigido al Director General de la Policía, ante el accidente grave registrado en Alicante en mayo pasado. Están en juego la vida y la salud de los policías. Y no vamos a dejar de trabajar en todos los foros hasta que la DGP cumpla sus obligaciones.
En el escrito antes referencia se dice lo siguiente:
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