Si competente es ser capaz de hacer frente a determinadas situaciones y construir respuestas adecuadas. Pues eso, incompetente obviamente es todo lo contrario.
Si competente es la División de Personal para autorizar exenciones para el servicio a sus funcionarios. Incompetente es quien se arroga esa prerrogativa por ignorancia, forma sublime de la incompetencia, o por maldad, manifestación zafia de la incompetencia. Sobradas muestras hay en la historia de nuestro país de la simbiosis que existe entre maldad e incompetencia. Y así nos ha ido.
A modo de introducción analicemos lo que le ha ocurrido a nuestra compañera responsable de asuntos jurídicos. Compañera desbordada por las personaciones que ha de efectuar ante los numerosos compañeros imputados en procedimientos judiciales e incursos en expedientes disciplinarios (Record Histórico en Málaga) Compañera en algunos casos con más de 45 horas semanales de trabajo efectivo y desplazamientos con nuestro abogado por toda la provincia. Aunque incompetentes no exentos de mala leche quieran darle otra interpretación a esta magnífica labor.
Se le entrega a la compañera, un Oficio desde la BPSC, no lo transcribimos para que no sea causa de hilaridad entre los compañeros. No pretendemos eso. Oficio a colación de una autorización de la División de Personal eximiendo de prestar servicio determinados días, entre otros, a la compañera. Desde la citada Brigada con una solvente incompetencia maniobran atribuyéndose “Ex Cáthedra” la competencia que solo tiene la División de Personal de la DGP y dispone incorporarla al servicio. Con dos c…….. La jerarquía para los demás.
Pero si competencia es saber gestionar una unidad, sin embargo incompetencia es darles permiso a los dos únicos oficiales, en el mismo turno de navidad, y después llorarle en el citado escrito a la DGP, que no tiene oficiales para el servicio, con el fin de justificar la metedura de mata. En este punto el nivel de incompetencia es tan obvio que no sabemos dónde enmarcarlo; si por maldad o por ignorancia. Porque además con absoluto desparpajo tratan de hacer creer que en una Brigada de más de 300 componentes, una sola funcionaria es “imprescindible”.
Y una vez puestos y como van “sobraos” siguen arrogándose competencias de la DGP y le comunican a la compañera: “….ponemos en su conocimiento que se le mantiene en activo..…” ¿¿¿??? (La negrita es nuestra) Vamos a ver: si se le “mantiene en activo” ¿En qué situación administrativa se encontraba esta compañera, tal vez en excedencia, en Segunda Actividad o quizás jubilada? ¿Sabrá este paradigma de incompetencia lo que son las situaciones administrativas? ¿Sabrán que ellos no disponen nada, porque son incompetentes, que lo relacionado con exenciones es una prerrogativa de la DGP?
Cierra esta cadena de despropósitos, con otro oficio días después comunicando a la compañera, que queda sin efecto todo lo anterior, es decir que son unos incompetentes reconocidos, puesto que se atribuyeron una competencia que no era la suya, y la DGP pues los ha puesto en su nivel de incompetencia. Y ahí siguen, incompetentes pero mandando.
Aunque también sabemos, todo hay que decirlo, que la incompetencia no solo viene de quien refrenda, sino de quien sopla al oído, el “pepito grillo” de turno. En este caso, sí es la maldad de la incompetencia. Pero incompetencia solapada.
Competentes es velar por los funcionarios a su mando, asegurarse que cuentan con los medios apropiados para su servicio, hacerse partícipes de sus problemas e inquietudes y orientarles. Incompetentes es tratarlos despóticamente, expedientarlos sin tan siquiera escucharlos, ignorarlos y usarlos como el medio para conseguir sus fines.
“Reyes o gobernantes no son los que llevan cetro, sino los que saben mandar” (Sócrates)
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