En la última Comisión de Personal del Consejo de Policía se consumó el penúltimo despropósito que van a tener que padecer los policías, si no tratamos de evitarlo. Retomando un viejo proyecto, que interesa a unos pocos mandos obsesionados con recuperar algunas reminiscencias rancias del siglo pasado, la Dirección General de la Policía ha impuesto, negándose a cualquier diálogo con los sindicatos, la Resolución que regula la uniformidad y la orden de saludo en el Cuerpo Nacional de Policía. El ya famoso “a sus órdenes”.
De nada sirvieron nuestras críticas ni que la mayoría sindical de la Policía votase en contra de esta norma, que es innecesaria, llega en una pésima época y está plagada de vaguedades e inconcreciones que servirán como excusa para que algunos utilicen el régimen disciplinario para meter en cintura a quienes no sean de su agrado. Y es que a pesar de todo ello, esta Dirección General ha apostado por dar una vuelta más de tuerca a los funcionarios y por aplicar el “sí o sí” que, ya con demasiada frecuencia, estamos escuchando en el Consejo de Policía. Eso desde CEP y UFP no lo vamos a consentir y vamos a adoptar medidas. Porque si el Director General quiere conflicto, lo va a tener.
Por todo ello, anunciamos que vamos a recurrir la Resolución de 14 de Mayo, mediante la que se aprueba la normativa que regula el empleo de la uniformidad y el deber de saludo en el CNP. Y llegaremos hasta las últimas consecuencias jurídicas. Porque “sí o sí”, la Policía es un Cuerpo civil y moderno. ¿Jerarquizado y sometido a disciplina?, sí. Pero bajo ningún concepto eso debe ser la puerta abierta para la Dirección General pisotee los derechos de los policías y se meta en cómo vestimos, cómo nos peinamos, cómo nos anudamos la corbata, cómo comparecemos ante un juez, cómo son nuestras gafas o de qué color es el pendiente izquierdo que lleva una funcionaria.
Este Director General ya ha logrado ser el primero que saca adelante en los últimos 24 años el “a sus órdenes”. Triste provocación contra la que CEP y UFP lucharemos en los tribunales hasta el final. Es una agresión y una provocación totalmente injustificable, que nos lleva a pensar que esta DGP ha elegido el camino de la confrontación, en plena época de retroceso de derechos salariales y laborales, y lo entendemos como una provocación, más que como una metedura de pata.
Madrid, 21 de Mayo de 2013
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