En los últimos días estamos asistiendo a una insólita campaña, basada en la difusión vírica de una pequeña noticia publicada por una revista y en los ecos que la misma ha alcanzado en algunos portales de Internet, con versiones más o menos elaboradas, según la cual el Director General de la Policía podría ser cesado por el Ministro del Interior "por no controlar" nuestro Cuerpo y no "poner orden" en las investigaciones que desarrolla la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Comisaría General de Policía Judicial, al hilo del último informe incorporado a la causa que se sigue en la Audiencia Nacional contra la conocida como "red Gürtel" y que afecta a una ministra del Gobierno.
Nosotros, que representamos a la mayoría absoluta de los miembros del Cuerpo Nacional de Policía y de los especialistas de la UDEF, queremos realizar las siguientes consideraciones, ante la ligereza con la que se están difundiendo algunas reflexiones sobre el trabajo del CNP:
1.- Llama poderosamente la atención, por escandaloso, que se contemple, siquiera como excusa, el posible cese de un Director General de la Policía por el hecho de no controlar el trabajo de sus investigadores en la lucha contra la corrupción. Los policías venimos reclamando desde hace años precisamente eso: que nos dejen trabajar con libertad, sin presiones, sin supervisión política, bajo la tutela de las autoridades judiciales y fiscales y con el único fin de servir al cumplimiento de la legalidad y a la defensa de los derechos y libertades de todos los españoles frente a quienes pretenden que la comisión de un delito quede impune.
En la lucha contra la corrupción sólo hay un camino. Y pasa por lanzar un mensaje muy claro a quien comete un delito: el Cuerpo Nacional de Policía está comprometido contra esta lacra y los policías, más que nadie, queremos a un Director General que no se inmiscuya, que no trate de monitorizar sistemáticamente nuestra labor, que nos garantice plena libertad para demostrar a los corruptos que no hay impunidad en España. En definitiva, mientras unos se sacrifican y lo pasan mal, sin trabajo y con dificultades para llegar a fin de mes, no vamos a permitir que otros, aprovechándose de resquicios legales o de la arquitectura financiera más oscura y elaborada, se lleven el dinero de las Administraciones que, en definitiva, es el de todos nosotros.
2.- El Director General de la Policía puede hacer muchas cosas mejor. Pero en cuanto al control político del trabajo policial no. Este Director ha entendido que en democracia no debe existir esa auditoría permanente de la función de investigación. Si el Ministro del Interior va a descabezar a la Policía porque "no se logra controlar" políticamente nuestro trabajo, ya le lanzamos un mensaje muy claro: no vamos a permitir a nadie que lo haga. Este Director entiende y asume ese respeto legal y ético. Si hacerlo es un ejercicio de descontrol, defenderemos ese descontrol democrático, esa libertad que sólo tiene como límite la legalidad. Si enfrentarnos a la corrupción que pretende arrasar las arcas de algunas Administraciones y dejar a millones de españoles sin dinero para sanidad, educación o asistencia social supone algo reprochable para este Ministro, nos tendrá enfrente. Si el Director General es un obstáculo frente a quienes pretenden manosear el trabajo policial contra la corrupción, nosotros retomaremos ese testigo.
3.- Los corruptos prefieren que se hable del papel de la Policía en la lucha contra sus actividades y no de sus propias fechorías. Es una vieja técnica empleada para desviar la atención del verdadero escándalo. Por eso, los policías hacemos un llamamiento a la sociedad, para que no se deje engañar por quienes señalan nuestro trabajo con el único objetivo de que nadie se fije en el saqueo perpetrado. Hablamos, en este sentido, desde el compromiso con la Ley y el papel social democrático que tenemos y, precisamente desde esa posición, garantizamos que los profesionales que en la Policía se dedican a la lucha contra la corrupción, los investigadores de cualquier Unidad, sólo buscan verificar la comisión de un delito y dar con el paradero de sus culpables, localizando el dinero que se haya evadido allí donde se esconda, para su devolución a las arcas de todos. Aquí no hay intereses políticos.
4.- En cuanto al ya famoso informe de la UDEF sobre la ministra Ana Mato, que fue filtrado tras su traslado a las partes personadas en la causa abierta en la Audiencia Nacional y en ningún caso por policías, reiteramos que se trata de una petición interesada por el juez instructor, en el uso de sus atribuciones y facultades legales, y que la Policía, como no podría ser de otra forma, cumplió con lo solicitado por aquel en una providencia, de 25 de octubre de 2012.
5.- Cuando los policías escuchamos hablar de "descontrol" en el ámbito de Interior tenemos claro hacia dónde mirar. Hacia un Gobierno que nos ha recortado los sueldos, que nos ha quitado las pagas extraordinarias el año pasado, que ha reducido el ingreso de policías logrando que en los próximos cinco años perdamos unos 7.200 efectivos en las calles de España, que no es capaz de sacar adelante reformas legislativas prometidas (lucha contra la multireincidencia, Centros de Internamiento de Extranjeros, Ley de Cooperación con Policías Locales, entre otras) y que ha recortado nuestra presencia internacional. Sabemos que "descontrol" es tener a la Policía peor pagada de España, pese a ser la que mejores resultados obtiene en todos los ámbitos. Frente a ese "descontrol", nuestro compromiso contra el delito y la indignación de unos policías con los sueldos más precarios. Quienes quieran "control", que trabajen por resolver, en nuestro ámbito, esos problemas.
Madrid, 15 de Febrero de 2013
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